La Cultura Futbolística comenzó a moverse a pasos agigantados, transformando al balompìé en el deporte número uno en casi todo el orbe. El fútbol motivo de pasión de multitudes y de grandes disputas, con aficionados dispuestos a abonar alto costo de entradas o de adquirir merchandising de su institución, une en torneos internacionales todo tipo de culturas. "El fútbol continúa siendo un rasgo importante de nuestra identidad, somos uno de los países del mundo de más cultura futbolística -no son muchos- en Sudamérica estamos al frente junto con Brasil y Argentina, y en el mundo agréguele Italia, Inglaterra, Alemania y no me animaría a decir que Francia o España tienen más cultura futbolística que Uruguay... " Oscar Wáshington Tabárez, entrenador Selección Uruguaya de Fútbol. Mayo 2010, Estadio Centenario.

domingo, 3 de octubre de 2010

DANIEL CARREÑO

"NACIONAL SE PORTO MAL CONMIGO, TODAVIA ME DEBEN..."

Fue en un mediodía bien primaveral, a pleno sol, atravesando el puente del Prado, entre el canto de los pajaritos, las florcitas y alguna parejita de enamorados que estaba por ahí, parafraseando al inolvidable Mario Sánchez. Desde lejos, el verde césped del Parque Alfredo Víctor Viera parecía brillar, estando más hermoso que nunca. Detrás del Jardín Botánico, en la Avda. Atilio Pelosi se encuentra el estadio del Montevideo Wanderers Club, hoy ubicado segundo en el Torneo Apertura. Los bohemios acaban de culminar la práctica diaria y los jugadores velozmente se dirigen hacia los camarines, en busca de una ducha reparadora. Se escucha una voz continuamente en el grupo, que da consejos, motiva, asesora, manifestando una emoción constante en esa magnífica labor que desempeña. Es Daniel Carreño, el director técnico, que nos saluda amablemente, junto a sus colaboradores. Luciendo una remera de color rojo –dando poder y energía- bermudas negras con franjas blancas y calzado deportivo, encara una agradable conversación entre amigos. Como si realmente se desarrollara en algún café del barrio o en una bulliciosa cantina, ésto ocurre mate de por medio, desde la mitad de la cancha, en los arcos con redes y en la tribuna Obdulio Varela, sin público, en un silencio total que se instaló ahí para la nota, como para otorgar un climax especial en el estadio. En ese ámbito, LA CULTURA FUTBOLISTICA en exclusiva, le preguntó de todo al muy buen entrenador, quien dió muestras de vitalidad, sensibilidad y ambiciones.

-Daniel… ¿Desde éste preciso lugar dirigís, verdad?
-Así es, aquí –se para en el sitio indicado- detrás de la línea.
-¿Al Prado, Parque Viera y Wanderers, los llevás en el corazón?
-Siii… Me crié en éstos lugares, alrededor del Parque Viera, soy nacido en el Prado y nunca lo he abandonado, solo por circunstancias como cuando me fui a jugar al exterior o me casé, que me fui a vivir a otro barrio, pero… siempre se vuelve. Inclusive mi madre continúa residiendo por éstos lares y yo también. Y el Parque Viera significa mucho para mí, porque la familia Gallardo, que era la que cuidaba el complejo, me trató como un hijo más. Tanto Doña Gloria –hoy fallecida- Gadea, que era el canchero, esposo de Doña Gloria y todas sus hijas e hijos que son unos cuantos… No solamente cumplía con el horario de las prácticas, sino también me quedaba con ellos, compartiendo lindos momentos. O sea soy muy de acá, me siento como en casa, conozco mucho éste lugar.
-Y ¿Te conocen mucho, también? Dicen los vecinos…
-Imagináte… al estar toda la vida en la zona, la gente del Círculo de Tenis, los que vienen a pasear al Botánico, en el Rosedal, hasta los de River.
-¿Hay mucha rivalidad con River Plate?
-Nooooo… Se pusieron ahora, últimamente, las hinchadas, sobretodo las bullangueras, los vagabundos de Wanderers con los de River un poco a pelearse, por intermedio de Internet o a veces en los partidos, pero tengo mil anécdotas de llevarnos bien con River de partidos amistosos, de futbolistas que han jugado en los dos equipos, de salir a correr por el Prado y encontrarse o simplemente de hacerse amigo de varios jugadores de River Plate.
-¿De quiénes?
-Uyyy… el “Patito” Aguilera, Marito Menchaca, Torres, el “Mono” Del Capellán hoy técnico de River, vivía en la misma cuadra donde yo vivía, éramos muy compinches, Eduardo Pierri, Pablo Correa, aquel golero que en los años setenta se pasaba ahí en el club donde me inicié, el Corinto; había como una admiración, una hermandad… Inclusive, era muy común que el hincha de Wanderers vaya a ver a River y después viniera a ver a Wanderers o al revés. Los del Prado iban a ver a todos los equipos. No te digo que hincharan por River, pero les gustaba que ganara el cuadro del Prado.
-¿En la actualidad no ocurre eso?
-Ahora existe como una rivalidad más grande que la hicieron los más jóvenes, me parece. Los veteranos creo que se mantienen al margen. Igual que con Defensor, se hizo una enemistad que en mi época de jugador no existía, ahora como técnico, cambió. Y noto que Defensor lo siente también como propio esa especie de enfrentamiento, no se como se inició, cómo empezó, pero se llevan mal, eh?...
-Hablemos de tus datos personales ¿Nombres y apellidos?
-José Daniel Carreño Izquierdo
-¿Fecha de nacimiento?
-1º. de mayo de 1963. O sea que tengo 47 años.
-¿Hijo de?
-Luis, fallecido hace mucho tiempo, en 1977, cuando yo tenía 13 años y Carmelita Ofelia, dos paisanos del interior, de Florida, más exactamente.
-¿Hermanos?
-Luis Eugenio, de 1961.
-¿Esposa?
-Claudia. Ahora estamos separados.
-Con varios algo más… ¿verdad?
-Si, dos hijos.... Kioma de 16 años y Yanaina de 9. Sinceramente, son nombres raros los dos. Kioma es un personaje de Costa Rica y Yanaina, lo saqué de un libro de Jorge Amado, que leía mucho. Nos gustó y le pusimos María Yanaina.
-¿Estudian?
- Ambos. Lo hacen en la Costa de Oro donde viven. El varón concurre a un instituto privado de muy buen aprendizaje y la nena va a Santa Elena.
-¿Vivís solo?
-No, actualmente estoy viviendo con mi madre. Nos llevamos muy bien, la vieja ya tiene 80 años…
-¿Qué lindo vivir con mamá, no?
- Si, si... (Risas) Demasiado mimado… Estaba viviendo en Florida, en pleno campo y bueno, hace tres meses y medio que estoy en Wanderers, y me vine a la capital derecho a la casa de la vieja. (Risas otra vez)
-¿Comida preferida?
-Soy de olla… Una olla que tenga lentejas o porotos, eso es lo máximo. Después, zapallitos rellenos hechos por mamá.
-¿Le quedan ricos?
-Exquisitos,,, con un sabor bárbaro,
-¿Hobby?
- Algún deporte al aire libre como el surf o irme para el campo.
-¿Música?
-Todo lo que sea rock, un poco de blues y ahora me enrosqué con el reggae. La música brasilera, también me gusta.
-¿Amigos?
-Amigos del fútbol, muchos…
-¿Amigos de verdad?
-Si, soy poco de seguir la amistad. Me considero un solitario. Los que se me fueron son los amigos del barrio, algunos han tenido la desgracia de fallecer y otros están fuera del país o poseen una actividad que no llega a congeniar. Soy una persona muy amigable pero difícil de entregar, es un poco contradictorio pero es así. Me gusta ocupar el tiempo en soledad, escuchando música, leyendo o en algún lugar que aunque esté con mis hijos me agrada estar en sitios solitarios.
-¿Cómo despega tu entusiasmo por el fútbol?
- Ah, de niño... Creo que fue la única preferencia que tuve de chico, las otras fueron apareciendo de grande. Llegó un momento que tenía tanta locura por el fútbol que podríamos decir que era lo único que sabía hacer. Inclusive, era motivado por mi familia. Mis padres deseaban que estudiara si o si, no había manera de escapar de eso; llegábamos desde el interior a Montevideo, la preocupación de ellos era que me capacitara, pero también era alentado por mi hermano para que jugara al fútbol, parece que de chiquilín ya le pegaba bien y…
-¿Dónde empezaste a jugar?
- En baby fútbol, en Arroyito, un equipo que no tenía cancha ni nada, que era de cuatro hermanos, los Silva, siendo uno de ellos Ruben Silva, el padre del actual guardameta de Defensor, Martín Silva.
-¿En qué año fue eso?
- Yyyy, sería en el 68, 69.
-¿Dónde practicaban, si no tenían cancha?
-Y... prácticamente en la calle. Los domingos jugábamos en la Liga Atahualpa.
- ¿Después?
- Estuve unos años ahí y luego fui al baby fútbol de Bella Vista por un año y más tarde jugué el resto del baby en el Corinto, el cuadro del barrio. Inmediatamente a Racing en inferiores y enseguida llegué a Wanderers.
-¿Cuántos años como jugador en Wanderers?
-En mi primer época llegué en 1977 y me fui en 1984, que me vendieron a Francia.
-¿Jugaste en el Racing Club de Lens?
-Si, un equipo muy bueno.
-¿Tenés muchos recuerdos de esa etapa?
-Si, si, muchos. Deje ahí muy buena amistad. Difícil que la gente del norte de Francia se entregue, pero cuando lo hacen es para toda la vida y me lo siguen demostrando. También tengo el nexo de mi hermano que se quedó a vivir en Francia y eso me acercó mucho.
-¿Después regresaste a Wanderers?
-Fue para el segundo ciclo en 1989-1990 y bueno… cada vez que me quedaba sin equipo volvía a practicar a Wanderers.
-Y ¿como entrenador?
-En 1999.
- ¿Es un imposible que estés en Montevideo y no pases por el Viera?
-Totalmente imposible. Me he encontrado con situaciones como por ejemplo que esté cerrado o en una hora impropia y me subo al muro para ver la cancha… Es como una costumbre o un deseo de ver si está todo bien y como se encuentra la cancha.
-¿Sos de preguntar, eso?
-Si a veces cuando me comunico con la familia Gallardo, aunque no esté en el club trabajando, siempre los llamo para saludarlos y preguntarles cómo está todo. Y uno siempre se preocupa por algún jugador, por los hinchas, por los dirigentes.
- Daniel ¿Luego de Francia, que aconteció?
-Me vine a Nacional en el ’88 donde tuve la oportunidad de integrar ese grupo que ganó todo. La verdad que caí parado, porque ese año no solamente me sirvió para ser Campeón de América y del Mundo integrando un núcleo fantástico, sino tener grandes amigos que hasta el día de hoy me duran, como Martín Lasarte, Carlitos De Lima, El Vasco Ostolaza, Yuber Lemos…
-¡Qué clan!
-Uuuhhh, Qué plantel, qué muchachos! Gente de primera división. Mirá con el Vasco y con Yuber que son de mi misma generacion y que jugaban en Bella Vista, compartíamos rivalidad y compañerismo. Después nos encontramos en ese núcleo de Nacional que la verdad era buenazo. Eso me sirvió para dejar un granito de arena en el club para volver como director técnico, más tarde.
-¿Considerás que te fue bien en Nacional como entrenador?
-Bueno, fui uno de los técnicos campeones más jóvenes de la historia junto con Mujica. Me tocó vivir un momento excepcional. Aparte todavía tengo el cariño de la mayoría de los parciales de Nacional, que eso también no lo puedo borrar. A veces me encuentro que deseo salir un poco de Nacional, porque hubieron actitudes que no me gustaron, pero no puedo poner al club, pongo a las personas, que considero se han portado mal en algunos momentos de mi carrera…
- ¿Cómo futbolista y entrenador?
-Siii. También cuando dejé la institución, a la hora de pagarme, que todavía me deben…
-Entonces ¿te fuiste mal de Nacional?
-No mal. Quisieron los dirigentes que me vaya bien, pero no me trataron como me lo merecía. Realmente no puedo hacer mucho hincapié en eso, porque hay otra gente que ha sido mucho más ídolo que yo en el club y se ha ido peor. Es como una constante esto, no? Después me entero que a Gregorio Pérez lo echaron por teléfono, me dijo alguien… No se si creerlo o no, nunca se lo pregunté a Gregorio, pero si hicieron eso con él… Un día me enteré que no dejaron entrar al estadio a Obdulio Varela… Si no dejan entrar al estadio de Obdulio, a mi… Cuando falleció Mario Patrón –yo tenía un cariño grande por él- que murió a las once de la mañana y jugábamos de tarde Wanderers-Central; Mario era el técnico de Central y disputamos el partido… Dejó de existir Patrón, si me llego a morir yo, ni un minuto de silencio. .. El fútbol tiene esas cosas que a veces nos demuestran que no somos nada.
-Pero ¿Nacional no quiso que estuvieras dirigiendo a los juveniles celestes?
-Tampoco me gusto esa actitud de Nacional… con relación al ofrecimiento que me hizo Tabárez. Ya que aparentemente, según lo que dice Bauzá, el presidente de la AUF –que nunca se animó a decirlo frente a Nacional siempre lo dijo por la espalda- que Nacional me había vetado… No se que motivo tiene Nacional para vetarme de un trabajo que ni siquiera ellos tienen relación directa. Esas son las cosas que no me agradaron de Nacional. Por eso es que quiero como sacar mi corazón de ahí, pero bueno el hincha permanentemente me demuestra un afecto, que me es difícil romper todo tipo de relacionamiento con dicho club. -¿Eso te debe reconfortar?
-Claro que sí. Y todos los funcionarios de Nacional, cada vez que tienen una oportunidad de demostrarme su estima, lo hacen… Los de los Céspedes, Parque Central y la sede de 8 de Octubre, eso quiere decir que algo bueno hicimos.
-¿Cómo ves el futbol uruguayo, hoy?
-Con carencias de todo tipo, pero con una endereza bárbara. Siguen apareciendo jugadores, continúa la pasión encendida, somos muy polémicos, nos hacemos demasiado daño y esa pasión nos lleva a pasarnos de la raya, a veces nos desviamos que es un juego, pero hemos mejorado muchas cosas en éstos últimos años.
-¿Cómo cuales?
-La infraestructura, el tema de las canchas, la mentalidad de los jugadores. Ahora debemos mejorar algo, que no va a caer simpático, y es la cultura del hincha, ya que está mirando mal el fútbol. Aplaude lo que no tiene que aplaudir, grita lo que no tiene que gritar, es un tema muy delicado porque el hincha posee derecho.
-¿Se nota más en las canchas de las instituciones llamadas menores, no?
-Si, clarito. En las canchas chicas notamos la falta de cultura del hincha. A veces nos ponemos en el lugar del aficionado que puede ser hasta un familiar, entonces no es objetivo. Lo vemos que es demasiado fanático del cuadro y sufre demasiado por ese equipo; no debe olvidarse jamás que se trata de un juego. El hincha sirve, nosotros vivimos del hincha y estamos agradecidos hacia él, pero no es para tomárselo tan a pecho. Claro, pasa que hay muchos programas deportivos, mucha plata de por medio, mucha gente que mejora su condición económica gracias al fútbol, despertando también una curiosidad o una antipatía en el aficionado, creyéndose con más derechos a rezongar. Mirá, que soy primero crítico de los que juegan, de los que estamos para hacer un buen espectáculo y me he puesto a pensar que hace quince o veinte años atrás los técnicos no estábamos aportando nada, éramos muy conservadores, cuidando la chacrita; hoy los entrenadores están mirando más el arco de enfrente, inclusive los futbolistas muy cuidadosos del cero error, del cero en nuestro arco, manejando conceptos muy defensivos, no pensando en el espectáculo. Ahora, eso se ha perfeccionado. Ojalá ahora mejore el hincha, no observando todo en forma tan pasional, sino que hasta las malas jugadas tomarlas con una risa.
-Sin embargo, vos tenés pinta de ser un tipo calentón en la cancha ¿cierto?
-Muy calentón. A veces me excedo en el límite. Uno va aprendiendo, eh. Cada vez me caliento menos, cada vez observo que puedo solucionar las cosas pero de otra manera y no por la calentura o los gestos. Uno se va aplacando; yo creo que la vida nos hace aplacar, también. Pero, ésto lo sigo con mucho efervescencia, a veces me da un poco de vergüenza que mi bronca pueda provocar un malestar en el rival o en la persona que está mirando, generando un foquito de agresividad en alguien que quizás no pueda entenderlo bien, entonces uno debe cuidarse.
-¿En las prácticas le gritás a tu plantel?
-No. Les hablo y soy un entrenador que me gusta marcar virtudes, subrayo pocos defectos. Al destacar virtud el jugador se da cuenta enseguida de lo que está haciendo bien y que es lo que no tiene que hacer. Pero si a veces uno tiene que hacer una observación a alguien, la hago sin problemas. No soy de gritar.
-Sos de parar mucho la práctica y hablar… y siempre con la pelota debajo del brazo.
-Es cierto. Eso es parte de la figura del entrenador. Me agrada marcar rápido lo que sucedió, lo que ocurrió mal que no vuelva a suceder, aunque ocurre nuevamente, porque esto es muy dinámico. Recalco el buen anticipo, la llegada, un desdoble, un buen gesto de un compañero; para que sepan cual es el camino.
-¿Qué le ocurrió a ese hincha de Wanderers que se embroncó en el partido ante Defensor en el Franzini y se la agarró contigo?
-Fueron mal interpretadas las palabras del parcial y mi actitud.
-¿Qué te gritaba desde la tribuna?
-Estaba de técnico…
-¿Te dirigía él afuera y en voz alta?
-Permanentemente. Poné a éste, saca a éste, éste corner no lo hagas más, poné gente al rebote, dejá dos tipos arriba…
-¿Fue durante todo el encuentro?
-Si. Lo que más me dolió –fue hasta simpático- me gritaba te parecés a Borrás. Ahí fue cuando lo identifiqué, porque me pareció tan curioso lo que me dijo, que me dí vuelta y ví quien era. Quedó como una anécdota, pero después me empezó a enloquecer y la verdad que me sacó. No me había pasado nunca. Una vez en Nacional, me ocurrió algo, pero nada que ver con esto. Después me arrepentí mucho de lo que había hecho.
-¿Finalizó el partido y fuiste a encararlo a la tribuna?
-Arranqué para ahí si, pero no pude hablar con él. Se había ido del estadio, se me apersonó la señora, pero se juntó un montón de gente alrededor, como que ahí había lío y la verdad que no fue realmente así. La señora me quería hablar, me quería explicar cual era su posición y me decía soy la señora del hombre que te peleaste…
-¿Capaz que hasta lo conocés de toda la vida?
-Es probable. Capaz que sí.
-¿Porqué acá en Wanderers se conocen todos?
-Si, todos. La cara la identifiqué, la tengo vista, pero…
-¿Lo volviste a ver?
-No, no. Pero si lo veo es para pedirle perdón, eh.
-¿No le guardás rencor?
-No, para nada, todo lo contrario. Es más me pueden insultar, me pueden pelear, me pueden robar, que en el momento puedo reaccionar, pero al otro día… ésteeee, me pongo en el lugar porqué me robó? Porqué me insultó? Y bueno, si no es nada grave hay que seguir para adelante. Uno tiene que comprender como llega el hincha a la cancha, con qué problemas, con que actitud, con qué ganas, que tal hincha es, si es de alentar o no, si es de buscar la crítica. Todos son diferentes, entonces nosotros tenemos que ponernos en el lugar del otro, en el sitio del hincha. Este hecho que tuve con éste aficionado, me bajó un montón de puntos con los jugadores, más allá que yo se los expliqué bien, ellos supieron de la situación y hasta se podría decir que me perdonaron. Porque si ésto lo hace un futbolista, me enojaría mucho y nosotros no tenemos que darle explicaciones al hincha y ni siquiera de salir a hablar o a pelear, porque no es nuestro trabajo.
-¿Los jugadores te comentaron el hecho?
-Si. Primero, que algunos no se dieron ni cuenta y segundo, que les extrañó mi actitud porque siempre estoy haciendo docencia sobre ese tema. Lo que les pasa fuera de la cancha, a nivel de vida social, las drogas, los accidentes de tránsito, las juntas, de la juventud, del fútbol,,,
-Además ¿Siempre realizando charlas?
-El grupo me permite. Hasta las dimos a nivel de socios, de funcionarios. Con los jugadores se arma una cada quince o veinte días, a veces informal o planeada, hablando de cosas que nos pueden pasar en la vida, fuera de éstos muros. Hay que vivir en un barrio, para saber lo que pasa en Montevideo.
-¿Le inculcás otros temas a tu grupo?
-Mucho más, porqué esto es totalmente pasajero. Es que los jugadores cuando dejan el fútbol son personas jóvenes, con una vida por delante. Este deporte nos da la oportunidad de cuidar nuestro cuerpo, siendo fundamental ser una persona saludable y después hasta tener la oportunidad desde el punto de vista económico de comprarnos una casita… No estoy hablando del viaje a Europa, ni de salvarnos materialmente, que no es para todos, es para un puñado de futbolistas nada más.
-Lamentablemente ¿no todos se la pueden comprar?
-Nooooo. Yo creo que si todos fuéramos disciplinados, todos podríamos adquirir la casita. Una casita no? como puede conseguirla un obrero… (para de hablar y piensa por un instante) capaz que un obrero no porqué la plata cada vez alcanza menos, pero si como un profesional, ahorrando el pesito, invirtiendo bien en toda la carrera deportiva podríamos tener un techito propio en un barrio, siendo fundamental después de los 40 años tener la casa. Cuando uno tiene 60 o 70 años más todavía, no va a estar de pedigüeño. De eso hablamos con los muchachos, ya que ellos piensan en el hoy.
-Wanderers es un equipo juvenil que anda bien. ¿Te pasás mirando a los más jóvenes para su ascenso?
-Mirá, mientras a veces el plantel principal juega algún partido entre semana de práctica por el interior, yo me quedo acá para ver a los nuevos valores de cuarta y quinta. Para tratar de aportar y ayudar. Deseo saber lo que pasa en inferiores, por suerte Wanderers está trabajando muy bien. Al club le costó mucho alcanzar éste nivel, tener un complejo propio, tener un entrenador y un preparador físico por categoría, sociólogo, sicólogo, nutricionista, gerente deportivo, la mejor sanidad en el fútbol de inferiores, sin desmerecer a ningún cuerpo médico de los demás equipos, pero acá existe una sanidad espectacular comandada por el doctor Juan Carlos García, con dos fisioterapeutas de novela. Se está trabajando muy bien las inferiores. Ahora como que la mesa está servida y tenemos que comenzar a sacar los frutos. Wanderers siempre los saco, pero en el momento tenemos los elementos para tener jugadores de buen nivel.
-¿O sea que existe un muy buen futuro por delante?
-Sí. Lo único que tenemos que mejorar y apuntar es a la captación. Ya que podemos captar algún jugador de talento, hacerle todo el proceso y brindarle a ese futbolista todo lo que necesita un chico a esa edad. Tenemos todo eso para ofrecerlo a un montón de niños. Acá se hizo un curso en mi primer época de entrenador con Wanderers, con el doctor Pablo Carlevaro, grado 5 de la Facultad de Medicina, ya jubilado, junto a “Chifle” Barrios, donde manejábamos cien niños en el club, desde los 13 a los 18 años, de los cuales 80 no llegan a jugar en primera. El curso se llamaba justamente “Qué hacemos con esos 80?” y el taller duró cuatro semanas. Qué le dejábamos a ese niño que llega a los 16 años y se va del club a los 17 o a los 18 y no llega a jugar en primera. De esos 100 botijas, 20 juegan en primera de los cuales 5 viven del fútbol y solamente uno es crack. A Europa arriban uno o dos. La preocupación no era por esos cinco que llegan, sino por los 80 que se nos van, que no podemos brindarle esa carrera que vienen a buscar cuando tienen 13 o 14 años.
_¿Cuál es el jugador más alegre del plantel principal?
-El delantero Gastón Puerari, sin dudas. Por ahora vamos a ponerle el más alegre… Está en el límite con la bobera…
-¿Se lo dijiste a él?
-Siii, le encanta. Es tan bobo que lo acepta. Inclusive, en algún momento que estuvo de suplente mostró el mismo humor.
-¿Sos más líder que DT?
-Bueno, faltaba el liderazgo dentro de un plantel profesional de jóvenes jugadores. Yo lo empecé a buscar en Fernando Machado, que se me fue a último momento y lo conseguimos ahora con Mauricio Nanni, que cumple muy bien el rol de líder y después tenemos algún líder futbolístico como el paraguayo Torres y Telechea, que es un líder en demostrar cómo se tiene que trabajar, como se tiene que ser compañero. Hay dos maneras de ser líder: El elegido por el plantel y el impuesto. Acá líder impuesto no existe. Todos los líderes que hay son seleccionados por el núcleo; el que más sobresale es Nanni, pero después me han dado a mí ese liderazgo y me siento muy cómodo. Tomo esa posición con mucha responsabilidad, porque en el momento tengo que ser más entrenador que líder y cumplir con mi función, pero trato de continuar con ese rol, el futbolista como que está esperando que lidere, eehhh, no solamente en términos futbolísticos como si fuera la recuperación o la dinámica, sino también un poco en como hay que repartir el premio, como es el comportamiento con el hincha, como hay que relacionarse con la prensa o con los dirigentes y me siento muy escuchado. Cuando hablamos de experiencias de vida, la verdad que me siento muy sintonizado y eso me pone muy orgulloso. Hasta un poco vergonzoso de que me escuchen tanto y que me atiendan. Supero esa vergüenza y trato de ser lo más sincero y explícito para que el jugador continúe creyendo en mi.
-¿Perfil bajo o brillo y color?
-Me gusta el perfil bajo, pero no le tengo miedo a nada, si me ponés a hablar delante de 50.000 personas saco coraje y hablo. Pero, no soy de aparecer en lugares donde…
-¿No te gusta ser “Figureti”?
-No, es más, no tengo pilcha para ser “Figureti”. No se vestirme para serlo, no uso reloj, cadena, no me se vestir mucho como para ir a lugares donde podría usar el nombre que me hice en el fútbol. No soy de aparecer en sitios públicos, me agrada el perfil bajo, pero te vuelvo a repetir, si tengo que encarar alguna situación en donde otros de repente se esconden, voy para adelante. A veces me siento parte de éste show y lo hago muy bien, por eso muchos pueden decir que Carreño perfil bajo no tiene, porque lo veo en todos lados… Hay momentos que soy parte de éste show y a veces no me cae nada mal.
-¿Tu último partido como jugador?
-El que recuerdo, que me di cuenta que no jugaba más al fútbol por plata, fue en La Paloma. Jugando por Nacional de Rocha, contra un equipo de La Paloma, por el campeonato de Rocha, cuando me desgarré y me fui llorando, saliendo de la cancha solo, sin que me sacaran y dije… Qué triste carrera irme de ésta manera, pero más tarde reflexioné y quedé muy feliz, pero me retiré en La Paloma, que es un lugar donde tengo muchos afectos, así que no fue tan dramático.
-¿Cómo se matan los momentos de ocio aquí dentro?
-Eeehhh, pensando, analizando, planificando, adelantándose al futuro. Y después buscarse huecos, no?... Por ejemplo, mi separación me marcó mucho. Me dejó muy triste, yo soy de esos que se casó para toda la vida, pero bueno por distintos motivos no se pudo concretar…
-¿Te sentiste solo?
-Sí, muy solo…
-¿Es bravo sentir soledad?
-A la hora de acostarme y ver que mis hijos no están al lado, cambiaría cualquier cosa que me pasa por tener a mis hijos durmiendo conmigo. Pero, ya han crecido no te digo bastante, la chica todavía es pequeña con 9 años, el otro ya es más independiente, con 16 ya empieza una relación más de amistad, ya se sabe desenvolver por cuenta propia, no necesita tanto esa permanencia de la figura del padre, pero a mí me ha pegado muy mal, me ha dejado muy solo…
-¿Cómo se cubre ese vacío?
-Pah, ha sido imposible de llenar.
-¿Ves a tus hijos continuamente?
-Los fines de semana me están acompañando en todos los partidos. Son los dos hinchas de Wanderers, no le hables ni de Peñarol ni de Nacional…
-¿Defienden la camiseta?
-Si, si. Y les interesa todo lo que pasa en el club, son muy bohemios, la verdad.
-Daniel, muchas gracias por todo, adelante! Y que todo sea para bien.
-Te agradezco la visita, ésta fue una nota diferente, la más diferente que me hicieron, y a la orden cuando quieras venir a éste lugar están las puertas abiertas, para tomar un mate, para charlar o ver la práctica nomás. Así que a la orden.

Acto seguido nos despedimos en un abrazo cordial y quedamos en encontrarnos pronto. He ganado un nuevo amigo en ésto del fútbol y su entorno: Daniel Carreño.

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